Aunque algunos, entre los que me cuento, piensan que lo mejor para la sed es la cerveza bien fría, ciertas mentes calenturientas quieren que aplaquemos nuestra sed con agua, a ser posible embotellada. Para estos, los beneficios del agua son incontables: depura el organismo, favorece la digestión, regula el tránsito intestinal, aclara la garganta, favorece la pérdida de peso... incluso rejuvenece la piel y elimina o reduce las arrugas, incluso las de expresión.
Yo no quería creerlo, no podía aceptar que bebida tan insípida pudiera tener efectos tan diversos y beneficiosos, pero cuando he visto los resultados de dos semanas de ingesta de agua entre los ancianos patinadores de un parque neoyorquino, me he convencido y ahora mismo dejo el ordenador para buscar agua Evian en el surpermercado de la esquina.
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